“Feo es el campo sin hierba, el arbusto sin hojas y la cabeza sin pelo”. Así se refería el poeta romano Ovidio a la alopecia hace un montón inmenso de siglos. Como ya te hemos contado en otras ocasiones, la calvicie es algo que ha estado muy mal considerado, es objeto de burlas (cada vez menos), y ha habido épocas en las que los calvos han sufrido una enorme vergüenza. Pero cuidado, si piensas que aquí te vamos a hablar de las penurias que han sufrido los hombres sin pelo, es que todavía no nos conoces demasiado bien. Somos Headbladers y apostamos por los calvos orgullosos, así que vamos a hablarte de algunos de los calvos más importantes de la historia.
¿Por qué? Pues para que veas que a pesar de su calvicie e, independientemente de lo mal considerada que estuviese la falta de cabello en sus épocas, consiguieron grandes logros personales y, en algunos casos, logros para toda la humanidad.
Vamos allá.
Los calvos más importantes de la historia antigua
El filósofo Platón, aprendiz directo de Aristóteles, sentó las bases de la filosofía antigua y su obra se estudia desde hace 23 siglos. Conceptos tan interesantes como el “mito de la caverna” se estudian en todos los institutos del mundo, e incluso utilizamos expresiones que llevan su nombre de manera tan cotidiana como cuando nos referimos a alguien como nuestro “amor platónico”. Platón, sobre todo en sus últimos años, combinaba una frondosa melena con una frente más despejada que una pista de aterrizaje.
En la Antigua Grecia también tenemos a otro calvo ilustre, el poeta Homero, autor de la Ilíada y la Odisea, el gran poema épico que cuenta las aventuras y desventuras de Ulises en su regreso a casa y que ha servido de inspiración a literatos, cineastas y artistas de todos los tiempos. Homero era calvo, sí, pero en su caso no lo lucía con mucho orgullo y trataba de que le representasen siempre con más pelo de la cuenta y probaba diferentes métodos para que se notase lo menos posible.
En la época del gran Imperio Romano tenemos dos conocidos casos de emperadores calvos. El más representativo es sin duda Julio César. Conquistador de las galias, amante de Cleopatra y uno de los personajes históricos más veces representado en la ficción desde las historietas de Astérix, la obra de teatro de William Shakespeare o las decenas de versiones cinematográficas. De hecho cuando hablamos de “César” solemos referirnos a Julio César. Pues bien, era calvo y lo llevaba realmente mal. Tan es así que escribió una petición al Senado para que le autorizasen a llevar siempre la corona de laurel para ocultar su cuero cabelludo desnudo. Los senadores accedieron haciendo que la imagen más icónica de Julio César, en la que porta su corona, trascendiese en la historia y haya llegado a nuestros días.
¡Si viviese en nuestra época le hubiésemos animado a superarlo y a dejar la coronita atrás!
El otro emperador calvo es Cayo César, más conocido como Calígula. Es también uno de los calvos más importantes de la historia. Aunque quizás por motivos muy diferentes. Calígula ha entrado en los libros como un hombre cruel, déspota y que incluso llegó a nombrarse a sí mismo “Dios en vida”. Conociendo lo que decía Ovidio de los calvos y cómo lo llevaba su antecesor Julio, Calígula también lo llevaba francamente mal, llegando incluso a castigar con dureza a todo el que lo mirase desde arriba descubriendo su calva.
Otros calvos importantes de la historia (y que lo llevaban muy bien)
Tenemos casos muy diversos de hombres que están en todas las enciclopedias y no tenían largas melenas onduladas.
Uno de los ejemplos es Mahatma Gandhi. Fue un gran líder espiritual y político y lideró la revolución que consiguió la independencia de la India. Dedicó prácticamente toda su vida a luchar contra las injusticias sociales y a mejorar las condiciones de vida de la gente de las aldeas más desprotegidas. Jamás se preocupó de su falta de pelo.
También tenemos entre los calvos más importantes de la historia a Charles Darwin, padre de la teoría de la evolución y el que da nombre a la corriente conocida como el Darwinismo. Publicó una cantidad ingente de estudios y trabajos, obtuvo varios de los galardones más prestigiosos y siempre se reía de todos aquellos que se metían con su falta de pelo
Seguro que si te mencionamos a Thomas Alva Edison sabes quién es. Inventó la bombilla, creó la primera central de luz y energía y fue uno de los pioneros desarrollando la industria del cinematógrafo en Estados Unidos. Pues era calvo y no dedicó ni un solo instante a preocuparse por ello.
Y por último, otro de los grandes representantes en nuestro panteón de calvos ilustres, es el que es reconocido como uno de los políticos más importantes del siglo 20: Winston Churchill. Carismático, estratega, gran orador y, aunque mucha gente no lo sabe, obtuvo el premio Nobel de Literatura en 1953. Era calvo y lo llevaba con orgullo.
Así que ya sabes, es posible que en algunos momentos la calvicie haya estado muy mal considerada, pero también tienes ejemplos de grandes líderes que no han perdido el tiempo lamentándose por algo que no tenía remedio. Nosotros no nos cansaremos de repetirlo: ¡sé un Headblader, calvo y orgulloso!